Olga Raben, su creadora, hizo un llamado abierto a postular para participar. Quienes resultaron seleccionados fueron agrupados en pareja según su criterio, y desde ese momento, debíamos ponernos en contacto para trabajar en la idea de un intercambio.
Yo le haría una joya a esa persona desconocida, y esa persona haría una joya para mi. Cada joya cruzaría los océanos para ser regalada a su destinatario.
Lo mejor de esta experiencia fue haber conocido a Evelien Sipkes, joyera holandesa que vive en Curazao, ex Antillas Holandesas. Una isla tropical cerca de Venezuela. Su relación con el mar, su vocación de recolectora de tesoros y una historia de pérdida nos conectaron inmediatamente.
Hablamos por skype un par de veces. Suficientes para sentirnos personas cercanas. Los meses siguientes trabajamos secretamente en la pieza de cada una.
Un día llegó encomienda para mi....
Pieza de mi para Evelien
Guarda tesoros.
bronce, resina acrílica, resina epóxica, curahuilla
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