Acerca de

Casa Kiro y yo
Casa Kiro Joyas nace en el corazón de nuestra casa, la Casa de Los Kiros (de ahí su nombre), en el 2009, año en que comencé a estudiar orfebrería en Viña con la orfebre Carola Méndez, quien me introdujo en la joyería y el uso de la resina, material que me fascinó de  inmediato,  dando origen a una serie de piezas únicas y experimentales, en un taller que nació en la mesa del comedor, para,  poco a poco  apoderarse de toda la casa y  de toda mi vida.

Un día me di cuenta que había logrado reunir todas aquellas habilidades dispersas que fui adquiriendo durante la vida, con todas mis inseguridades, que de a poco comenzaban a desaparer. 

Recordé los pequeños momentos de euforia que me producía una idea nueva, la calma que nacía del dibujo, la necesidad de construir las ideas con mis manos, las tardes en el Jardín Botánico con mi mamá haciendo sirenas con la corteza de los árboles y pequeñas esculturas con ramas y semillas. 

De  pronto todo comenzaba a tener sentido, todo se entrelazaba  de una forma tan armónica y orgánica que no pude sino aceptar que esto era lo correcto. Hasta mi gen trabajólico encontró su espacio. Y en esto sigo....








Sobre las piezas
Siempre busco crear una pieza a partir de gestos simples, un mínimo de elementos, pequeños trucos para estructurarla, la inserción y composición de los elementos (como en un cuadro) y el uso de la luz tanto en el reflejo como en la transparencia que otorga el material. Así, cada pieza es una pequeña obra, un pequeño mundo que guarda una historia que contar.

La resina me recuerda mucho al hormigón armado, y trato de aplicar algunos de los conocimientos adquiridos como arquitecto (mi profesión) para resolver los encuentros de la plata con la resina. Su capacidad de contener y preservar objetos me ha permitido desarrollar además varias técnicas que han ido dando vida a las colecciones.