viernes, 13 de diciembre de 2013

Brain Chile, buscando tu paraíso, con Carles Codina, Ricard Domingo y Valerie Nobili

Hace mucho que no pongo al día mi blog, y no porque no haya nada que contar, todo lo contrario. Tanto hay que contar, que no he tenido un respiro para hacerlo.

En octubre tomé muchos cursos en Santiago, Rancagua y Valparaíso. No he tenido tiempo de subir todos los resultados, pero comenzaré con lo de BrainChile, que si bien no fue el primero de los cursos, alcancé a tomar fotos de los resultados.



Este es un curso de 10 días realizado por Carles Codina, Ricard Domingo y Valerie Nobili, que se realiza hace algún tiempo en Barcelona, pero que esta vez tuvo su primera versión en Valparaíso, en el Parque Cultural Ex-Cárcel, que dicho sea de paso, quedó increíble! La versión en Chile fue organizada por la Escuela de Joyería Pamela de la Fuente. Entre paseos por la ciudad, charlas, escalas arriba, escalas abajo, historias de cárcel, ascensores en paro y grafitis logré ver mi ciudad de una nueva manera. 

Les cuento un poco sobre cómo llegué a hacer esta pieza, que es un prendedor. Como pueden ven en la foto, me divertí como una niña.

Al inicio encontré estos soldaditos en la feria de las pulgas, y los escogí porque eran verdes. Verdes como el color de la guerra, pero no tenía idea qué hacer con ellos, ni si usaría uno o todos, si los usaría completos, o si los cortaría en pedazos. No sabía si acaso llegaría a alguna parte con estos juguetes. 

En los cursos de este tipo siempre se trabaja en base a la incertidumbre y una cierta precariedad en los materiales y herramientas, porque uno no está en el taller con lo que usa siempre, y los encargos requieren de un trabajo conceptual que se debe ir construyendo. Esto obliga a salir de la zona de confort y lograr así una propuesta nueva, diferente a lo que estamos acostumbrados a hacer. 

Luego de darle unas vueltas a los soldaditos, decidí que quería quitarles su poder de guerra. Fue así que los pinté rosados y reemplacé sus armas por suaves pinceles, que no hieren, sino que acarician. Armé un "pelotón" rosado en combate de "arte", que me recordó a los grafiteros de Valparaíso . Un guiño a uno de los murales del encapuchado lanzando un ramo de flores, de Bansky.






Los soldados fueron unidos por una base hecha de una nueva resina que trajeron Carles Codina y Ricard Domingo desde España, que es muy similar a la cerámica, soluble en agua, de fraguado rápido. Me encantó! 

Quise que el revés del prendedor también tuviese una textura, así es que dejé a la vista las bases de los soldados con sus rótulos originales "made in China".





Una vez que tuvimos elegidos nuestros materiales, se nos dijo que la  pieza debía ser realizada pensando en otro de los participantes del workshop, una suerte de AMIGO SECRETO, que los profesores designaron para cada uno. Yo recibí el encargo de hacer una pieza para Laura, con quien había conversado muy poco, pero sabía algunos datos freak:
Era colombiana, muy romántica, gustaba destacar su escote y odiaba la violencia.

Los amigos colombianos tienen una relación muy fuerte con las armas y los soldados, por todo lo que les ha tocado vivir. Representan una gran carga. Por eso me pareció que mi elección de los soldados, calzaba perfecto con ella. Su rechazo a la violencia apoyó mi idea de quitarles el poder, pintándolos de rosa y cambiando sus armas por pinceles.

El día de la entrega había que hacer una pequeña ceremonia, y entonces decidí presentar su pieza dentro de un sostén celeste que encontré en la feria de las pulgas, a propósito del escote. Me gustó, porque parecía que los soldados estaban pintando las paredes del sostén.

Ya no tengo la  pieza, porque se la llevó Laura consigo, pero me encantó hacerla.