Detalle del collar de yeso
Este sábado 26 de enero se realizó la esperada Pasarela Valparaíso 2013, en el Parque Cultural ExCárcel. Si bien había estado afuera del edificio, fue primera vez que entré a conocer el auditorio. Me llamó gratamente la atención el espacio, pero no entiendo porqué no tiene más estacionamientos. Es extraño entregar a la ciudad un espacio para eventos masivos sin considerar dónde dejar el auto, sobretodo porque no se trata de un punto tan conectado con las redes de transporte. Si bien es cierto que se puede subir caminando, algunas personas mayores (como mi abuelita ) tienen que ser llevadas en auto. Seguramente hubo alguna buena razón que desconozco para no construir un subterráneo de estacionamientos.
Además pido disculpas a los invitados que no pudieron entrar por la desorganización que hubo en la puerta. Lamentablemente muchas personas se llevaron un mal rato.
Sin embargo, Pasarela Valparaíso, ha logrado en su tercera versión, posicionarse a tal punto que la gente se agarra de las mechas para poder entrar. Y sinceramente, hay que agradecer la invitación a participar a esta pasarela de gran nivel, un tremendo esfuerzo organizado por la carrera de Vestuario de DUOCUC., quien no solo muestra el trabajo de sus estudiantes, sino que invita a un creciente grupo de diseñadores locales. La producción es muy buena y cada vez ha sido mejor. Es un gusto que nos inviten a este evento.
CASA KIRO Y SUS PICOROCOS EN PASARELA VALPARAÍSO
Dicho esto, les cuento ahora algo más sobre mi participación en el Pasarela.
Como habrán notado quienes conocen los Casa Kiro, son munditos hechos con elementos naturales pequeños. Por eso es que para mi participar en una pasarela representa siempre varios desafíos, el mayor de ellos es la escala de las piezas para hacerlas visibles. Casi siempre termino desarrollando unas piezas forzadamente grandes, difíciles de vender y usar, pues lo que en verdad constituye la obra, sigue teniendo una pequeña escala.
Collar de concha natural, perlas de río y crin
El hilo conductor de esta muestra fueron los picorocos en diversas formas y materiales, como punto de partida para desarrollar nuevas terminaciones, formas, agrupaciones, colores y combinación de elementos. De aquí que quizás la presentación no parezca una colección propiamente tal, pero me tomé la libertad de usar la pasarela como una herramienta de trabajo, un proceso de investigación creativa, que nunca es lineal, sino que más bien es un mapa lleno de rayas que conectan varios puntos, donde uno avanza, retrocede, relaciona una vez, y luego denuevo de otra marera, y así. Incluso mientras escribo esto, voy armando y rearmando los párrafos.
Básicamente hay 2 tipos de piezas en esta serie. Aquellas realizadas con conchas naturales intervenidas, combinadas con perlas, piedras y bronce y el algunos casos color, y aquellas que son reproducciones de partes de conchas naturales realizadas en resina (e incluso yeso), unidas mediante piezas de bronce, combinadas con cordones de crochet, cuya suavidad contrasta con la rugosidad delas piezas. Entremedio hay otra serie de pequeños inventos que fui probando. La verdad es que no me prohibí nada, fui probando todas las ideas que se me ocurrieron en el transcurso de 3 semanas. Fue un verdadero brainstorming, acompañado por un makingstorming. Igualmente, no crean que todo pasó en 3 semanas, pues esto venía gestándose en mi cabecita desde hace un tiempo, y fue algo más o menos así como les cuento ahora:
Collar realizado con copias de picorocos en resina, bronce y cordón flexible de crochet
CRONOLOGÍA DEL PICOROCO EMPERIFOLLADO
La idea de trabajar con picorocos nace el 2011, cuando estaba pensando en crear una pieza para la muestra colectiva Quiltro, que organizó Joya Brava (Asociación Chilena de Joyería Contemporánea de la cual soy miembro). En esa oportunidad descubrí la belleza escultórica que tienen estas conchas que crecen en agrupaciones de diversos tamaños y entonces hice un par de piezas.
Luego de usar cochayuyo y otras algas, buscaba iluminarme con una nueva idea. Como suele suceder, uno piensa y piensa y no pasa nada, hasta que un día, en una micro o en la ducha, de repente, pareciera que por generación espontánea nace una idea. En realidad no es así, lo que pasa es que el agüita tibia de la ducha relaja la mente y en ese aparente relajo, logra conectar todos los puntos y ping, se prende una ampolleta. Como justo andaba de viaje, tuve que esperar algunas semanas antes de poder volver al mercado y conocer en persona un picoroco (nunca los había comido antes, en mi casa no los compraban). En el entretanto, me pasaba puros rollos con lo que yo suponía que eran. Cuando finalmente los vi de cerca, me di cuenta que eran mucho más bellos de lo que yo creía.
Estudié un poco sobre el tema, y les puedo contar que los picorocos son crustáceos, en inglés se les conoce como barnacles. En España, hay una especie similar, no igual, que se llama percebe (de forma realmente fálica). Hay de diversas especies y las que habitan las costas chilenas se pueden comer. Son criaturas extrañísimas, que parecen venidas de otro planeta. Cuando están vivas, tienen unas tenazas que se mueven a través de los huecos de las conchas y desde ellas sale una lengua azul violáceo de un bello color que se enrosca como la de las ranas. Además, son bastante ricos, pero poco comunes en nuestra dieta habitual.
Compré algunos, y con varias anécdotas encima, que sería muy largo de contar, terminé por utilizar parte de uno de ellos para diseñar un anillo, que se ve acá en la foto. Las piezas de Quiltro estuvieron expuestas durante 4 meses en el Centro Cultural del Palacio La Moneda.
Anillo de picoroco, resina y plata en proceso
Pieza terminada para Quiltro
Luego en el 2012 tomé un curso de técnicas de fundición en la escuela de Pamela de la Fuente, donde logré desarrollar pequeñas copias de conchas naturales en plata.
En ese momento me di cuanta que esta piezas tenían algo que me recordaba las joyas antiguas, por lo que decidí combinar las piezas con perlas, que son elementos que al igual de los picorocos, también crecen en el agua.
Collar de perlas y plata hecho a partir de proceso de casting
aprendido con Pame de la Fuente (2012)
Detalle de aros de plata y resina (2012)
Anillo de plata y resina (2012)
En octubre del 2012, nuevamente la Asociación Joya Brava nos convocó para una pequeña muestra en el Museo de Bellas Artes de Santiago, CROMÁTICA, donde cada joyero debía tomar un color del pantone y desarrollar una pieza con ese mismo tono. Entonces me pareció que era otra oportunidad para investigar un poco más y decidí intervenir la concha con color y perlas. Me encanto el resultado y la combinación de colores y materiales.
Collar realizado para muestra Cromática, Museo Bellas Artes , Santiago, agosto 2012.
Picoroco, pintura, resina, pan de oro, perlas.
Y así llegamos a enero del 2013, y la invitación a participar en el Pasarela Valparaíso de este año, organizado por la carrera de Vestuario del DUOC. Y por supuesto, una vez más, me pareció una interesante instancia para seguir avanzando con mi proyecto. Aprovecho estas instancias, porque el resto del tiempo estoy haciendo micropaisajes, stock para tiendas, ventas, ferias, gestión, proyectos, compras, contabilidad, etc (circo pobre), y no tengo tiempo para diseñar y experimentar, y como enero es un mes lento en cuanto a ventas, es cuando aprovecho de tomar cursos y hacer cosas diferentes.
No tenía muy claro lo que quería hacer, pero sabía que sería con picorocos. Así es que cuando fuimos a pasar el año nuevo a Tongoy con amigos, yo iba enfocada en Misión Picorocos y los tuve a todos de cabeza recolectando las más increíbles conchas en la playa.
(gracias amigos por jugar conmigo).
Cuando volví a la casa, empecé a diseñar las primeras piezas, que retomarían la idea de este look de joya antigua, como un tesoro hallado en el mar, con perlas y bronce envejecido.
Por esos días justo di de pura casualidad con una chica, Andrea Parra, artista de la U. de Chile que hace clases de desarrollo de moldes en caucho (pueden encontrarla en facebook por "caucho y resina" ), así es que partí a Santiago con mi colección de conchitas a tomar la primera clase. Y entonces comenzamos a hacer toda clase de moldes y fue muuuy entretenido. Fueron días de hiperventilación de tanta felicidad.
Este es uno de los moldes de caucho. Al lado, pequeñas copias naranjas.
Detrás como siempre, las curahuillas, que no tiene nada que ver con la foto
pero aparecen por todos lados
El Huevito, una de las pruebas en resina a partir del molde de caucho
Obviamente moría por hacer copias en resina para el desfile, así es que continué por un lado con las piezas naturales, perlas y bronce y comencé a desarrollar por otra parte, las posibilidades que me daban los moldes y la resina, también acompañado con bronce.
Lo que resultó fue algo bastante marino, una paleta de posibilidades a desarrollar. Eché mano de libros, fotografías, escafandras, medusas, recuerdos, ideas en el tintero, el hermoso tejido de crochet de mi mamá, las opiniones de mis ayudantes, y de la confianza que tengo en mi capacidad de improvisación. Fue un tremendo ejercicio que ahora debo ir afinando hasta lograr piezas más comerciales, porque hay que decirlo, acá en Chile no somos de usar tanta pieza grande y llamativa, sino más bien cosas pequeñas.
Fueron 3 semanas de mucho trabajo, pero muy entretenidas. Hasta el mismo día del desfile seguía inventando nuevas piezas. Acá un pequeño prendedor que me encantó y que hicimos el mismo 26 en la mañana.
Acá un conjunto hecho a partir de copias en resina, bronce, perlas y cristales.
La idea de los trajes de baños años 50, surge de la relación de las piezas con el mar y de lo difundido que estaba el uso de las perlas por esos tiempos. En realidad me lo sugirió mi amiga Carmen Eva para una pasarela el año pasado, pero guardé la idea para este año, en que calzaban mucho mejor con el concepto. Me parecía que era un vestuario alegre y coqueto, pero elegante a la vez, que iban perfecto con los picorocos. (claro que varios se pegaron mirando las piernas de las modelos en vez de los Casa Kiro)
Este es mi collar favorito. Lo hice recolectando todas las pruebas que tenía hechas en yeso a partir de los moldes. Se me ocurrió como 2 días antes del desfile y fue según yo, una de las mejores. Lamentablemente, como es de yeso se trata de una pieza efímera, que poco a poco se iría desintegrando con el uso.Creo que mejor la enmarcaré para que sobreviva.
Todavía no he fotografiado las joyas. De momento, solo he logrado conseguir algunas fotos del desfile. Estoy agotada, necesito dormir por lo menos 3 días seguidos, pero ahora debo enchufarme con todo lo que dejé pendiente mientras jugaba a emperifollar picorocos, así es que con la carita llena de risa, escribo estas líneas para cerrar el capítulo, y aquí vamos denuevo...